20 febrero 2013

Dicotomía en Primera Persona


Sueño con que sean tiempos de asentamiento, donde todo comience a decantar y, de a poco, a acomodarse.
El vértigo ya pasó.
El permanecer en medio de la tormenta, es reemplazado por la pseudo-contemplación de los efectos.
Basta para mí… basta para todos…

Pero no puedo descansar todavía, no son momentos para relajarse;
ayudar a que todo encuentre su lugar es parte del plan,
es parte del contrato que firmé conmigo.
Basta para mí?... basta para todos?...

Parado en la misma vereda; y también en la de enfrente.
Ser actor, protagonista; y también espectador, en primera fila.
Hacerse cargo, ser único; y también pedir a gritos que alguien me acompañe,
porque sólo no me gusta.

07 febrero 2013

Más de lo mismo, siempre.


Es más de lo mismo, siempre. Otra vez. Una vez más. Cada vez.

Una frase –solapada, sencilla, amarga- desencaja las ideas. Alborota de tal forma una mente, que de repente, de un instante al otro, brota en cólera y deja de entender lo que estaba entendiendo. Se nubla, se altera, se defiende; y ya no puede ser más que sentimientos, ya no puede ser otra cosa, excepto agotamiento, cansancio, tedio.

Más de lo mismo, siempre; siempre más de lo mismo.
Y toma por sorpresa. Con la guardia baja, porque se está buscando alguna forma, algún modo distinto, otro encare.
Y no se encuentra.

Frustra. Pero tampoco se asume, porque suena simplista. Por el espíritu de lucha, por el propio orgullo. Porque la sangre tira.
Y se devuelve una mirada mansa, cómplice, amiga. Y se escucha. Y se alienta. Y se anula, y se cambia a “modo felicidad”.

Pero allá dentro, si se mira con mucho cuidado, allá en el fondo, bien pero bien chiquitito, se ve la marca que deja.

Más de lo mismo, siempre. Otra vez. Una vez más. Cada vez.

#dedicado a una nueva cena#

03 febrero 2013

El tiempo sigue pasando.
El incesante reloj repercute,
tanto que lastima los oídos.
-tic tac, tic tac-
El tiempo sigue pasando.
Apremia.
Se hace notar.
Se hace carne.
El tiempo sigue pasando.
Hay más? Hay algo más?
Aún queda algo más?

Y lo único que atino a decir es
"no me lastimes"

01 febrero 2013

Del por qué hago lo q hago

(conjeturas al aire sobre un divino sinsentido)


Es esa extraña necesidad, otra vez.
De escribirme, de leerme, de hablarme desde bien adentro.
Interrumpir todo, dejarlo inconcluso, hasta estar saciado.

Sirve de algo? Realmente no lo sé - dudo que alguna vez lo sepa-
Pero alivia;  cuando uno se desprende de todo su interior, suma.
Y revoluciona, y sacude, y agita; marea.

Derrochando letras por doquier. Tejiendo frases, hechas con palabras sacadas de no sé dónde.
Para concluir en un suspiro profundo, aliviador.
El objetivo está cumplido; el capricho, satisfecho.

Ahora puedo seguir.