Madrugada... y sigo sin dormir,
Esta noche, como otras, me está jugando una mala pasada;
pero no puedo odiarla, porque es buena compañía para mis sentimientos.
Se suman unos mates, siempre amargos,
y un cenicero lleno de cigarrillos agónicos y nerviosos sin
terminar.
El tiempo sigue corriendo,
y no puedo dejar de pensarte,
nada puede borrarme tu imagen,
ni siquiera apartarla un instante aunque sea, para poder cerrar los ojos
y descansar.
Puedo sentir el calor de tu cuerpo,
y tu respiración, al lado mío,
como si fuera un susurro, un secreto
que me brinda la paz que ahora necesito.
Esta noche, mi noche... es solo tuya
4 comentarios:
Por qué será que idealizamos el amor si tanto duele?
Porque no puede existir el amor si no pasamos por el dolor de encontrarnos con la verdad.
Barracuda, no siempre el amor duele, por lo menos no tanto...
Anónimo (sin reconocer), lo bueno sería que el amor exista, basado en esa verdad;
y no, necesitar "pasar por el DOLOR de encontrarse con la verdad" para darse cuenta que es real.
Cierto y de eso se trata, por eso primero idealizamos, después nos encontramos con la verdad y una vez ahí podemos comenzar a amar realmente.
Publicar un comentario