07 febrero 2013

Más de lo mismo, siempre.


Es más de lo mismo, siempre. Otra vez. Una vez más. Cada vez.

Una frase –solapada, sencilla, amarga- desencaja las ideas. Alborota de tal forma una mente, que de repente, de un instante al otro, brota en cólera y deja de entender lo que estaba entendiendo. Se nubla, se altera, se defiende; y ya no puede ser más que sentimientos, ya no puede ser otra cosa, excepto agotamiento, cansancio, tedio.

Más de lo mismo, siempre; siempre más de lo mismo.
Y toma por sorpresa. Con la guardia baja, porque se está buscando alguna forma, algún modo distinto, otro encare.
Y no se encuentra.

Frustra. Pero tampoco se asume, porque suena simplista. Por el espíritu de lucha, por el propio orgullo. Porque la sangre tira.
Y se devuelve una mirada mansa, cómplice, amiga. Y se escucha. Y se alienta. Y se anula, y se cambia a “modo felicidad”.

Pero allá dentro, si se mira con mucho cuidado, allá en el fondo, bien pero bien chiquitito, se ve la marca que deja.

Más de lo mismo, siempre. Otra vez. Una vez más. Cada vez.

#dedicado a una nueva cena#

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por tu blog chucho!
Leí todo lo que posteaste y me gustó.
Este fue el texto que más me atrajo y me picó. Oportunamente lo charlaremos.
Abrazote,
M

COCO dijo...

Hay mucho olor a Erdosaín por acá. Odio que a veces seas tan cierto, estimado GF.
Pero bueno, sabemos que la vida es todo esto y más.